Si mi ser está contigo, a tu lado todo puede suceder, desde conocernos hasta habernos accidentado, en el tiempo nada puede perderse, todo queda grabado eternamente, fuera de mi todo es felicidad, tal que de existir no existiríamos, Pienso en tu caminar y pienso en tus lágrimas, no me puedo acercar al irremediable dolor de tu alma, como una pesadilla yo me complazco de los actos y tú te pierdes en el abismo de tu llanto, que canta con voz temblorosa y tenue una canción para implorar por los remedios del corazón. Todo al rededor es gris y un poco nublado, el frío azota por distancias a diferentes velocidades por kilómetro, estás de rodillas y con la cabeza inclinada, como un martirio vives esa fracción de la vida, tu rostro es un mar y en el fondo no hay nada, tus manos trenzan los dedos que purifican el alma, un suspiro prolongado me pone a llorar compartiendo por fin eso que llegaste a sentir, esas nauseas por la vida, ese amor sin corresponder, tantas cosas de la vida. Pasamos nuestros brazos y continuamos llamando a la esperanza, al perdón. Estás fría y el mar se seca, te tomo de la mano y te canto una canción, suspiras más lento y descansas en mi brazo, llueve y se esfuma el gris, contemplamos a las aves la alegría de tener nuevas gotas de vida. Tomamos calor uno del otro y platicamos de las experiencias, de lo aliviado que se sentía por dentro, por fuera, dentro y fuera del alma, todo era borroso. Antes de sentir la alarma pensé inconscientemente: He probado su dolor.
 
Es una alegría que no haya compartido ese sueño contigo porque la verdad estuvo francamente terrible, lo único que me gustó es el desenlace, creo que aunque fue un sueño de cierta forma proyectó lo que ocurrió y lo que esta ocurriendo en estos momentos en este reencuentro de tu alma con la mía, me encanta que ese cielo gris que prevalecía entre nosotros al fin se haya despejado, ahora solo quiero disfrutar las nuevas gotas de vida.
ResponderEliminar