Llenos de vitalidad y arrebolados entre las miríadas de bits que se asoman a mi ordenador, las líneas del maestro me emocionan. Hacía mucho tiempo, quizás nada para quienes han vivido lo suficiente, que no lo escuchaba así, que no sonaba tan embelesado y a la vez tan entusiasta y activo. Mi hermana ha comentado que "tiene los ojos de un enamorado" y yo... yo no sé porque soy muy malo para leer ojos. (a menos que sean... bueno)
Yo creo que en la vida hay momentos para todo. Los sabios viejos que habitaron estos sitios mucho antes que nosotros ya lo decían: "Aquí o allá es el mismo sitio. Ahora y antes ya serán porque ya fueron mientras somos. Todo es circular." Estoy convencido que nuestras historias están llenas de ciclos, que se cierran y abren como válvulas del corazón del tiempo. Debemos estar atentos para saber qué hicimos para que, al volver a aquel recodo del camino futuro y pasado no se encimen. Hay que aprender. Ahí está el secreto de nuestra memoria. Porque somos muy poco atentos lamentablemente. 
Hay sabios que terminan un ciclo y comprenden que hay que moverse al siguiente. A veces basta ver a alguien a lo lejos, en una banqueta frente a la nuestra, para cerrar un ciclo. Otras, es imprescindible sonar nuestros corazones en medio de la lucha, la tormenta que purifica los cielos y nos deja la paz que no sentíamos desde hacía mucho tiempo. De cualquier modo, las puertas se cierran y se abren ordenadamente (aunque el plan se nos vedó desde hace mucho tiempo ya) Todo el mundo quiere empezar, pero terminar siempre es un poco más difícil... será la inercia y el tonto de Newton. (ja, ja, ja) Seguimos andando, cargados de esperanzas, hasta que –a veces a la distancia– nos damos cuenta de la profundidad de nuestra propia historia y cómo nos han salvado, nos hemos salvado.
El torbellino del corazón siempre es bueno, trae cosas de antes, de lejos, de más allá de cuando soñábamos con ser grandes y hacer grandes cosas, inolvidables. Ojalá que estos vientos de levante sean un nuevo, gran y mejor comienzo para cosas inolvidables, afables. 
A veces no somos más que causas y afanes...
P.S. Cuando uno dice "con permiso" el otro contesta "propio". Eso me enseñó mi padre :D
 
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