Repleto de escaleras un cuarto gigante absorbe las ondas sonoras de gemidos callados e infinitos. Descalza camina una luz que brilla en su interior y así nuevamente, es guardián de la cuarta dimensión. En el sótano metros bajo tierra la humedad y la madera desprenden un aroma fresco y hace frío, dos desconocidos se encuentran de frente sin decir palabra, se miran fijamente y no tarda para que uno ceda y conceda la primer sonrisa. Caminan uno hacia el otro hasta llegar y dar un suspiro y respirar el aire del otro que está muy cerca. Con desmayo en el cuerpo se siguen observando con otra forma en los ojos de ella y la manera de respirar profunda y agitada de ambos. Por equivocación intencional él le toca la mano y ella suspira muy natural y siente una calma, cierra sus ojos y le dice -bésame y siente mi corazón. Toca este cuerpo que no conocerá otras manos. Toma mis labios y desprende mi alma a cada beso y con cada caricia devora mi aliento, graba la forma de mi cuerpo en tu memoria más prodigiosa y en un cielo coloca mi ser, abrázame muy fuerte, siente los latidos y la fuerza de tus caricias en mi cuerpo, siente el amor.
Porque cuando esto termine me encontraré en otro tiempo y otra dimensión escaleras y el caminar de una luz, un cuarto frío y otro aroma y frente a mi un hombre como tú.
 
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