Ser maestro es una vocación que descubrí mientras estaba en el seminario. ¿Quién lo diría? Yo quien había dicho que no quería nada con el magisterio y ahora estoy dedicado al apostolado educativo con tanta vehemencia, con tanto gusto. Ojalá que algún día pueda decir que con devoción.
Me removieron de la coordinación y me hicieron un gran favor. Mi preocupación mayor es que los alumnos estén aprendiendo, practicando y gozando del inglés tanto como yo –o más. He diseñado los planes para mis clases nuevas y espero poder añadir algunos elementos nuevos a aquellas que ya había dado. Tengo seis grupos y el reto de cambiar de "mente" cada 55 minutos para adecuarme al nivel de cada clase. Espero de todo corazón ver resultados.
Llevo ya tres meses sin fumar y me encuentro contento al respecto. Anoche fue algo muy curioso. Como si una vorágine me rodeara sin tregua; lo más fácil habría sido sucumbir y atolondrarme... pero de algún modo resistí –a medias y a tientas– tumbado en el piso. (literalmente) Espero que quien me invitó no se haya molestado mucho por mi apatía...
Quiero dormir... quiero soñar que puedo estar contento.
 
Hola!
ResponderEliminarComprendo lo que es, no querer nada con el magisterio y de pronto estar ahí frente a un grupo de personas que esperan compartir y recibir conocimientos contigo, es algo tan bello y es tan gratificante cuando un alumno se acerca a ti para decirte: que feliz soy de que seas mi maestro (a) o si esto no ocurre el darte cuenta de sus progresos te hace sentir que vas por buen camino.
En hora buena que degustes de tu profesión :)